¿Por qué las mujeres no siempre pueden hablar ante un caso de amenaza, acoso o abuso?

La falta de garantías de protección por parte de las autoridades, es lo que desmotiva a las mujeres a realizar sus denuncias. Algunas, lo hacen desde el anonimato, para crear ese estado de alerta y concientizar de que las mujeres deben cuidarse entre ellas.

Acá hay una base histórica-cultural, donde la sociedad machista, siempre intenta invalidar a las mujeres, al tratarlas de “locas”, “histéricas”, “mentirosas”, entonces evidentemente la balanza siempre va a tirar para un costado, el de los varones.

Guardar silencio es lo que la mayoría de las jóvenes hacen después de haber sido atacadas violentamente, acosadas ​​o amenazadas. Los agresores harán lo mismo con otras personas y el ciclo de violencia de género continúa. Por eso es necesario contar estas experiencias, ya sea desde el anonimato.

La implementación de políticas públicas con perspectiva de género

Las políticas públicas más comunes para promover la igualdad de género pasan por la creación de nuevas leyes que garanticen -entre otras cosas- la igualdad, la no discriminación y la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Es necesaria la inclusión de la perspectiva de género de manera “transversal” en los distintos ámbitos de la vida pública, la falta de ella es lo que impide que muchas mujeres levanten las voces, debido al estigma que genera, el exponerse sin ningún tipo de acompañamiento psicológico hace que muchas mujeres permanezcan en silencio.

Muchas veces sucede que aquellas mujeres que hablan corren el riesgo de ser cuestionadas, castigadas o avergonzadas por la sociedad.

Gracias por creer en mí

Cuando nos detenemos a escuchar sin juzgar, es el primer paso para acercarnos a una sociedad más justa, más igualitaria.

Es necesario insertar el debate sobre la violencia de género, sobre los tipos de violencia, los diferentes casos que forman parte del día a día de las mujeres.

Alentar a las mujeres a hablar, crear conciencia, brindar apoyo a las mujeres y educarlas a ellas y al público sobre la violencia de género, ya sea en las redes sociales y fuera de ella, es lo que se necesita para poner fin a este vicio.