Vamos a hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y por qué satanizar esta agenda puede incrementar las desigualdades de género.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de machismo? Nos referimos a la nociva creencia en la superioridad que algunos hombres creen tener sobre las mujeres, y cómo esta mentalidad perjudica gravemente sus vidas, manifestándose en forma de violencia de género, feminicidios, abusos sexuales infantiles, etc.
En el año 2015 los estados miembros de la ONU, en conjunto con ONGs y ciudadanos de todo el mundo, generaron una propuesta para desarrollar 17 ODS, los cuales buscan alcanzar de manera equilibrada tres dimensiones del desarrollo sostenible: el ámbito económico, social y ambiental.
En consecuencia, se estableció una agenda internacional proyectada hasta el año 2030 que se compone de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles y 169 metas. Es decir, la agenda 2030 que firmó el gobierno de Horacio Cartes.
Algunos de esos objetivos son: Fin de la Pobreza, Hambre Cero, Salud y Bienestar, Educación de Calidad, Igualdad de Género, Trabajo Decente y Crecimiento Económico, Reducción de las Desigualdades, Ciudades y Comunidades Sostenibles, etc.
¿Pero cuáles son estos ODS que tanto ruido hace en la bancada cartista y por qué los satanizan tanto? Pues, tiene que ver con el ODS 4 y 5. Los que, justamente, hacen referencia a la educación y a la igualdad de género.
Vamos a hablar del ODS 5, que es el que preocupa a los tan “lucidos senadores cartistas”, que incluso ha llevado a instituciones del Estado a tomar acciones alineadas con esta postura antigénero.
El ODS 5: Igualdad de Género
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), El género se refiere a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres.
Por ejemplo, los juguetes de construcción a menudo se comercializan hacia los niños, mientras que las muñecas y juguetes relacionados con el cuidado se dirigen principalmente a las niñas. Este es un ejemplo de cómo las expectativas de género pueden manifestarse en la sociedad.
Y seamos claro, igualdad de género se refiere a la existencia de una igualdad de oportunidades y de derechos entre las mujeres y los hombres en los ámbitos privado y público que les brinden y garanticen la posibilidad de realizar la vida que deseen. Está en la RAE, está en las Ciencias.
El primer punto del ODS 5 es «poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo». ¿Quién en su sano juicio podría estar en contra de esto? Y, por supuesto, un país machista que se beneficia de estas desigualdades.
Además, el objetivo habla de eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación. En Paraguay, en donde vivimos una epidemia de abusos sexual infantil.
En Paraguay se vive una epidemia de abuso sexual en niños y niñas
Abuso Sexual en Niños y Niñas: En el 2022 se incrementaron entre 10 a 13 víctimas por día. La Fiscalía atendió un total de 3.804 víctimas por Abuso Sexual, otras 1.400 por Maltrato y casi 900 casos por Estupro. El 90% de estos abusos se dan dentro del entorno familiar.
Otra meta de este ODS es reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados domésticos mediante servicios públicos, infraestructuras políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.
Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública. Seguimos hablando de igualdad de género como igualdad de oportunidades.
En Paraguay, según el Instituto Nacional de Estadística, las mujeres ganan 20% menos trabajando la misma cantidad de horas, a pesar de contar con la misma experiencia y las mismas credenciales educativas que los hombres.
El Objetivo 5 busca lograr la igualdad de género en todo el mundo y el empoderamiento de las mujeres y de las niñas. Este objetivo pretende erradicar todas las formas de discriminación por razones de sexo y aspira a garantizar la igualdad de oportunidades y de tratamiento para las niñas y las mujeres.
Otra característica de la discriminación por cuestiones de género es la persistencia del acoso sexual en el lugar de trabajo, que se menciona en el documento de la ONU. Seamos realistas, habitamos en un país que normalizan estas prácticas.
En todo momento se hace mención de lograr la igualdad entre mujeres y hombres, y no hay ningún misterio más. Cualquier persona que esté en contra de esto es, sin duda, una persona misógina.
¿El cartismo es machista?
La palabra misoginia proviene de dos voces griegas miso y gyne que significan detestar a la mujer. Se usa para referirse a creencias o expresiones emocionales, psicológicas e ideológicas de odio hacia las mujeres y a lo femenino.
¿La senadora Lizarella Valiente, toda la bancada cartista y sus aliados, también cartistas, están en contra de la igualdad de género? Hasta el punto de solicitar a la Unión Europea que el Convenio con el Ministerio de Educación y Ciencias no contemple este ODS. Así es, acá hay odio, mucho odio.
Los ODS de la Agenda 2030 son claros, y no tienen absolutamente nada que ver con la falaz noción de la «Ideología de Género».
En los últimos tiempos hemos visto el acercamiento de los pastores evangélicos a los despachos de los senadores, así como de las instituciones del Estado. Esta alianza entre pastores y autoridades socaban el Estado de Derecho, que en su Carta Magna dice ser aconfesional/laica.
Entonces, la pregunta es: ¿tendremos nuestra ilustración en algún momento y avanzaremos hacia una sociedad más igualitaria?
Y para finalizar, dice el artículo 46 de la Constitución Nacional: “Todos los habitantes de la República son iguales en dignidad y derechos. No se admiten discriminaciones. El Estado removerá los obstáculos e impedirá los factores que las mantengan o las propicien”.