Los manuales “12 Ciencias para la educación sexual y la afectividad en la escuela”, de Judith Turriaga, fue editada por la Editorial VERUS, ubicada en Tte. Basilio Malutín 740. Es la misma dirección de la revista evangélica La Fuente.
La revista La Fuente fue fundada por el pastor Leonard Janz. «Nuestra misión editorial consiste en producir contenidos de actualización ministerial dirigidos a obreros, líderes y pastores; para que la iglesia evangélica pueda cumplir su propósito de impactar este mundo con el evangelio».
El pastor Miguel Ortigoza tiene una participación activa en el Ministerio de Educación y en las capacitaciones con estos manuales «12 Ciencias«; un pastor financiado por una ONG evangélica, que tiene por misión evangelizar a los servidores públicos. Es decir, a pesar de ir en contra de la Constitución
Ortigoza ha tenido participación en dicha revista publicando artículos de su autoría. Uniendo los cabos, se puede llegar a la conclusión de que la Editorial Verus, podría ser una fachada de la Revista la Fuente para introducir sus manuales de carácter religioso y anticiencia.
Un manual que tiene sesgo ideológico y cultural
Este manual «12 Ciencias para la educación sexual y la afectividad» promueve una visión idealizada y romántica del amor, el matrimonio y la familia, que puede ignorar o minimizar los problemas, conflictos y violencias que pueden darse en las relaciones afectivas. En el país donde existe una epidemia de abuso sexual infantil y violencia de género.
Las afirmaciones que aumenta la discriminación hacia la mujer y las desigualdades de género: «A la mujer hay que enseñarle que su forma de vestir, moverse, comportarse debe ser el reflejo de su personalidad». «Advertirles acerca del impacto que genera en el varón su modo de vestir o comportarse».
El manual sugiere que las mujeres deben ser conscientes del impacto que su forma de vestir o comportarse puede tener en los hombres. Esto puede interpretarse como una forma de culpabilizar a las mujeres por las reacciones o comportamientos de los hombres, lo cual es una característica común del machismo.
El manual es un claro ejemplo de la perpetuación de estereotipos de género y de la sexualización desigual de hombres y mujeres en la educación.
Asimismo, fomenta una actitud pasiva, sumisa y obediente de los y las estudiantes frente a las normas y valores impuestos por el manual, sin desarrollar su pensamiento crítico, su capacidad de decisión o su responsabilidad personal. Esto puede limitar su libertad, su creatividad y su participación activa en la sociedad.
Pretende abordar la educación de la sexualidad y la afectividad en la escuela desde una perspectiva cristiana y conservadora, pero presenta un sesgo ideológico y cultural que podría resultar perjudicial para la educación sexual y afectiva de los y las estudiantes.